Salgamos a bailar...

 Si algo les gusta a tus Amos es salir a bailar. Ese ritual de ducha y perfume donde se sienten poderosos, donde se preparan para romper el mundo a su paso, cual cazador sale a por su nueva presa. Lo hacen a menudo y, de vez en cuando, te dejan salir con ellos. 

Casi siempre empieza siendo una noche muy vainilla, con una cena entre risas como si tan solo fuerais tres amigos en algún restaurante de la zona. Ellos siempre se hacen notar, les encanta pedir la cena por ti o que se caiga la servilleta "sin querer" para que tu la recojas. Esos pequeños detalles que te hacen recordar cual es tu sitio. 
Siempre cenan uno al lado del otro y tu delante. Se les nota a leguas la complicidad cuando se miran o cuando se besan. Te agrada y complace poder servirles. Es un placer extraño, ése que se siente cuando uno hace su trabajo bien hecho y siente orgullo. Además esta el placer sexual, ése que no siempre es placer pero te encanta. Ése con el que no controlas tus orgasmos, ni tus gemidos, ni siquiera tu propio cuerpo.

Él lleva un vaquero negro muy ajustado, sí, el de las sesiones. Con una camiseta de algodón básica que marca perfectamente sus brazos fuertes y su espalda ancha. Verle de negro te impone de sobremanera y Él lo sabe. Ella, una camiseta de tirantes con un escote infinito y también un vaquero negro, sin sujetador por supuesto. Le encanta observar como te pierdes en el rebotar de sus tetas y luego poder castigarte por ello. Sueñas con que te deje elegir sus tacones esta vez pero sabes que eso tiene un precio.
Hoy vas a salir a bailar con el culo rojo... Ya veremos que más deparará la noche.

Te atan a la cruz de San Andrés sin quitarte la ropa, justo antes de salir. Te bajan el pantalón para que queden tus nalgas al aire. Ella te araña el culo con sus uñas afiladas, luego, te las pasa por la boca y tu, demuestras tu deseo lamiendo sus dedos. Él saca la pala y te obliga a contar hasta diez. Los azotes son intensos, van a ser pocos y tienen que aguantar unas horas de la noche. Te estremece una vibración por todo tu cuerpo con cada uno de ellos. Ama te está mirando fijamente a los ojos.
- No quiero que apartes la mirada cachorrito.
- No Ama, Gracias Amo!
Elijes esos tacones con tachuelas que te encantan. Adoras recorrer con tu lengua cada una de ellas y recrearte lamiéndolos y dejándolos brillantes. Tal vez te dejen hacerlo si a la vuelta no está muy cansada.
Lo que sí tienes asegurado es poder besar, lamer y masajear sus pies desnudos cuando volváis y eso ya te tiene contento para toda la noche.

Nada mas llegar al restaurante, donde tenéis que esperar unos minutos para que os den la mesa, Ella te ordena agacharte y volver a atar la cinta de sus tacones. Quiere ver tu rodilla hincarse en el suelo delante de toda la sala. 
Desde ahí abajo levantas tu cabeza y observas a algunas personas mirarte. Sabes que en su cabeza se están preguntando el motivo para que tu hagas eso. Levantas mas la cabeza y ves la cara de Ella con esa sonrisa malvada que dibuja su cara cuando te somete. La pregunta ahora es: cómo vas a levantarte con semejante erección?

Os dan la mesa y esperas a que Ellos pasen delante de ti, ofreces ayuda a tu Ama para acomodarle la silla, cosa que acepta encantada, y tu Amo te indica con la mano que a Él no le hace falta. 
-¿Tomo nota? - pregunta el camarero. 
- Para mi un pad thai de gamba, para mi marido un udon de pollo de corral y para él un pato al curry con arroz. Los tres beberemos agua. Muchas gracias! - dice Ella con una simpatía que a veces parece inviable con sus preferencias dentro de las sesiones. 
Eso te saca una sonrisa que intentas disimular rápidamente. Solo Dios sabe el castigo que sería capaz de ponerte si te pilla riendo así de su carácter. 
Cierto es que tiene mala leche, pero también es una persona dicharachera, divertida y muy alegre. 

Cenáis entre risas y charla amena. El tiempo que pasáis juntos se te hace agradable, esos momentos de situaciones mas bien vainilla, sin sometimientos. Te dan otro tipo de paz mental, te sientes entre amigos y eso te reconforta,  lo sientes parte del after care aunque no se haya dado la sesión todavía. Te ayuda a reforzar los vínculos que se han creado.
Antes de salir del  restaurante,  piden tres copas de licor y proponen un brindis por la noche que se avecina.

Salís del restaurante dando un paseo por las calles que están cerca del muelle y en un momento dado Él se gira. En su mirada puedes ver la lujuria con la que viene hacia ti y mirando hacia su pantalón, puedes ver como ya se agarra la polla dura con una mano y te da la orden de agacharte con la otra. 
Te agachas entre dos coches aparcados en una calle oscura del puerto, huele a sal, huele a la polla de tu Amo y huele a alcohol. Oyes gente charlando y gritando, pero no sabes a qué distancia están o si os están viendo. Tan solo confías. Empiezas a mamar fuerte, sabes que en esos momentos no se anda con tonterías y lo que quiere es descargar en tu garganta. 
- Vamos joder trágatela, cómetela entera, demuéstrame lo zorrita que eres... - te ordena mientras agarra fuerte tu pelo y tu barbilla. 
Tu tragas y lames lo mejor que sabes durante esos minutos y alguna lágrima se te escapa por el choque con tu garganta. Detrás de algunas arcadas, Él aprieta su polla contra ti y descarga, obligándote a tragarlo todo. Ella te seca las lagrimas y pasa los dedos por la comisura de tus labios, limpiando los restos que quedan. Sonríen, les encanta usarte en lugares así. 
Te levantas con la polla dura, hacia tiempo que no la notabas así ya que en casa acostmbran a ponerte la jaula. Te gusta la sensación y aprovechas para apretártela un poco. Al levantar la mirada, ves los ojos de Ella clavados en ti e inmediatamente la sueltas y te sonrojas. Sencillamente sigues caminando tras sus pasos.
De nuevo el contoneo de sus caderas. Sus muslos rozándose entre si. El sabor del Amo en tu boca. El resonar de sus tacones. El olor de su perfume que llega a ti a través de la brisa, mezclado con el olor a sal. Son esos detalles que te excitan, que te crean devoción por esas dos personas que caminan al frente de esta aventura. 

Llegáis a la entrada de la discoteca y, como era de esperar, te encargas de dejar el bolso y las chaquetas en el guardarropa mientras Ellos se dirigen a la barra a pedir las copas. De lejos les observas, se besan, bailan y frotan sus cuerpos el uno contra el otro. Sabes que están cachondos, tu también lo estas y ahí, a cierta distancia antes de volver, se te ocurren mil ideas que llevar a cabo esa noche. 

- ¿Ama me permite un baile con usted? - te tiembla la voz. 
- Claro cachorrito!! - te dice sonriendo mientras pega su culo a tu entrepierna y se mueve como sólo ella sabe hacerlo. Ese vaivén, ese contoneo, su culo... Temes poner una mano donde no debes pero ella te la agarra y la pone en su cintura. Acerca su mano a tu polla ..
- La quiero así de dura toda la noche entiendes? Si se te baja tendrás castigo. - dice mientras Amo observa con cara tierna la maldad en sus ojos. 

Observas el sudor que resbala por su cara, por su escote y por sus pechos. Tiene los pezones durísimos cuando baila con los dos a la vez y no se preocupa por que se le pueda mover el escote o por que alguien pueda ver mas allá de la tela. Le encanta exhibirse mientras os mete mano. 
Amo tiene la polla dura, te la planta en el culo y empieza a bailar, a restregarse. Con una mano te agarra el cuello y te inclina hacia atrás, acercando su boca a tu oreja.
- ¿La notas? Quiero clavártela entera cachorrito...

Ama os agarra de la mano y os lleva al baño. Son grandes y amplios, perfectos. Hay otras parejas bastante calientes y por un segundo duda entre si hacerlo allí mismo o en alguna zona mas reservada. Finalmente, decide que meterse en el baño mas grande es la mejor idea. No todo el mundo entendería lo que va a suceder.
Te baja el pantalón y te ordena ponerte a cuatro patas. Ella se quita el suyo también y se sienta en la taza del váter a hacer pis. Él va desabrochando el cinturón y sacándose de nuevo la polla dura, ya la conoce y la ve venir. 
- Ahora cachorrito vas a limpiarme, vas a dejar este coño reluciente mientras Amo rompe tu culo y te lo folla como ya te había advertido. No va a parar hasta que me corra entiendes? - dice Ella.
- Si Ama, pero nos van a escuchar, si me rompe no voy a poder evitar gritar, ya lo sabe.
- Si tienes la boca donde la tienes que tener nadie va a escucharte - te dice Amo agarrando tu pelo y metiendo tu cabeza entre las piernas de Ella. 

Empiezas a lamer, el pis de tu Ama es como un zumo delicioso del que no quieres desaprovechar ni una gota. Te aprieta con sus muslos la cabeza y entonces es cuando sucede. Amo te clava la polla dura en el culo, con una mezcla entre placer y dolor. Estás acostumbrado a sus embestidas pero siempre te causa impresión esa primera, fuerte y entera. De un tirón. 
Gimes, gritas y Ella esconde tu cabeza entre sus piernas para ahogar el ruido. Luego las abre de par en par para que puedas continuar con tu tarea y poco a poco vas lamiendo mientras aguantas las embestidas. Tu polla gotea, no has pedido permiso para correrte y dudas que te lo concedan. Ahora es Su momento. 
Por suerte conoces bien ese coño, ya llevas unos meses de aprendizaje... Metes los dedos y te esmeras con la lengua. Chorrea y empapa toda tu cara, Ama se corre, no se corta en que la escuchen, le pone. Cuando termina, Amo saca la polla de tu culo y la lleva directa a tu boca. 
- Deja todo limpio cachorrito es hora de volver...
- Si Amo - intentas decir pero no tienes tregua y ya la tienes metida en la boca. 

Al salir del cubículo en el que os habíais aislado para vuestras travesuras la gente que estaba allí sonríe, miran cómplices creyendo haber escuchado un trio entre dos hombres y una mujer. Ingenuos...

Bailáis dos canciones más y decidís que es hora de ir a casa, la mazmorra os espera y Ella empieza a estar algo cansada. Te encargas de ir al guardarropa y tu cachondez es tal que decides exponerte a ti mismo. 
- Aquí tiene mi ficha y aquí la de mis Amos señorita - le dices entre cachondo y avergonzado a la chica del guardarropa. 
- Perdona, has dicho Amos? 
- Si, dese prisa por favor, si tardo mucho me van a castigar y creo que hoy la noche promete bastante - dices mientras ella sonríe y con  cara de estupor va a por las cosas.
- Entonces, eres de Su propiedad dices? - no sale del asombro y no puede evitar preguntar.
- Si, esa pareja son mis Amos, me debo a ellos, a servirles, a hacerles la vida mas cómoda y que me utilicen para lo que quieran y cuando quieran. 
- Pues nada, que paséis buena noche!! - se despide mientras de reojo puedes ver como va a sus compañeros a contarles lo que acaba de pasar. Se ríen y te miran, y aunque algunos lo hacen con una cara nada agradable, atisbas a ver como otros lo hacen con esa cara de vicio, ESA cara de vicio. 
Sigues empalmado y goteando. Te notas el culo abierto y tienes una mezcla de sabores en la boca.
Estás deseando llegar a casa.

Se te ordena conducir, les apetece follar en el coche mientras tu puedes escucharlos y verlos por el retrovisor. Los gemidos de Ella es algo que escapa de tu control, te excitan de una manera que no consigues explicar. Mientras los oyes, relames tus labios en búsqueda del recuerdo de ese sabor. 
- Mira para adelante cachorrito. Tu solo puedes escuchar. - te ordenan entre gemidos y olor a sexo.

Al llegar a casa, como era de esperar, están exhaustos y complacidos. Con la tontería son las cinco de la mañana y Ama se sienta en el sofá de la mazmorra para que le quites los tacones. 
- Lámelos, bésalos y quítamelos despacito... quiero que adores estos pies.
Amo se quita la camiseta y se pone cómodo mientras todo eso sucede pero no se quita el pantalón y viene a la mazmorra.
Te ata a la cruz de San Andrés, desnudo y sin jaula. Oyes como preparan cosas detrás de ti y poco a poco entiendes que ha llegado tu momento. Ese momento en el que desconectas de la realidad y tan solo obedeces ordenes, tan solo te dejas llevar a lo oscuro.
Amo agarra el flogger mientras Ella se prepara con su arnés. Cada vez que golpea tu espalda te provoca una sensación mas placentera que la anterior. Ellos también han tenido su aprendizaje y conocen bien cómo llevarte al trance. 
Pierdes la cuenta, tan solo tus sentidos más primarios están en juego ahora. Sabes que te han usado durante la noche y que ahora van a seguir haciéndolo, pero de otra forma. Para ti. Es tu momento. 

Tu espalda esta roja y tus ojos cerrados. Puedes escuchar perfectamente como Él deja el flogger y agarra otra cosa. De repente, notas como acaricia tus nalgas, sabes que esto va a doler más. Intuyes que Amo lleva una vara en la mano y que la sesión se ha tornado mas sádica de un momento a otro. 
Con el primer golpe, se te aflojan las piernas. Efectivamente la vara de olivo marca tu culo con una perfecta línea recta. Tras uno o dos segundos, aprietas y vuelves a erguirte esperando la próxima. 
Sabes que estás de suerte y que no es Ella quien va a azotarte hoy, sino, la tortura sería peor. 
Amo te pide que cuentes hasta diez los varazos que va a darte, advirtiendo que va a subir la intensidad según avances.
Cuando cuentas cinco ya no puedes contener las lagrimas ni el temblor en tu cuerpo. Ella espera paciente a tu lado y va acariciando tu cara. Secando tus lagrimas y susurrándote al oído.
- Tu puedes cachorrito, yo confío en ti.
 En el octavo varazo empiezas a pedir clemencia aunque te niegas a decir la palabra de seguridad. Solo quedan dos. Sabes que puedes aguantarlo. Te gana el orgullo.
El ultimo golpe provoca en ti una sensación de alivio tan grande que tu polla reacciona empalmándose. Ya acabó todo. Te desatan, lloras y agradeces a tus Amos la noche que estáis pasando. Ellos te abrazan, acarician las marcas que ha dejado ese olivo en tu piel y te felicitan.

Ama lleva el arnés puesto y al mirarla le pides compasión. Tus ojos de corderito hablan mas que tus propias palabras. Te indica que te quiere en el potro pero esta vez no van a atarte. 
Estas excitado, magullado y con el culo dilatado. Deseas sentir un poco de placer y así se te concede. Esta noche te has portado bien y has obedecido sin rechistar.
Ella empieza a follarte, te la mete y notas como va abriendo camino. Notas como roza dentro de ti y como te invaden olas de placer por todo tu cuerpo. 
Te araña la espalda y, aunque debería dolerte, sientes ese placer tan característico que te lleva al éxtasis. 
Pasan los minutos y Amo te pone la polla en la boca para que le hagas correrse por última voz hoy. Tu obedeces, tragas polla por el culo y por la  boca a la vez. Entras en tu mundo y desconectas de la realidad, te quedarías con esas sensaciones para siempre. 
Algo te despierta de ese trance, vas a correrte y no lo puedes evitar. Tanto han excitado tu próstata hoy que sientes que ni permiso vas a poder pedir. Así sucede, con cada embestida tu polla empieza a escupir a borbotones. Ellos sonríen y tu gimoteas pidiendo perdón. Te entran escalofríos por todo el cuerpo y parece que el orgasmo no acaba nunca. Ama no deja de follarte con un vaivén intenso. Amo no saca su polla de tu boca. Cierras los ojos y notas como vuelve a invadirte ese placer, ese orgasmo que vuelve a subirte pero que esta vez no va a brotar de tu polla. Te vuelves a correr y agotas todas tus fuerzas en ello.
Ama saca el strapon de tu culo y se lo quita. Él saca la polla de tu boca y apunta hacia tu culo que todavía se mantiene abierto para correrse dentro y que no se derrame ni una sola gota. 
- Buen chico!! Ahora limpia y recoge la mazmorra. Luego te aseas y esta noche podrás dormir a los pies de nuestra cama. Nosotros vamos a ducharnos. - dice Ella.
- Son las siete de la mañana, ha sido una noche larga, puedes despertarte con nosotros si quieres no hace falta que estés pendiente para hacer la comida. Cuando termines de ducharte quiero que vengas a nuestra habitación y vamos a curar esas heridas. Luego podemos desayunar juntos también si te apetece.

Y así es como después de una noche larga y una sesión muy corta pero intensa, recibes tu deseado aftercare. Te duchas extasiado, notando todavía el temblor de los orgasmos en tus piernas y el dolor en tu culo al contacto con el agua caliente. 
Vas a la habitación de Ellos. Te impone respeto cruzar esa puerta. 
- ¿Se puede Amos? - preguntas mientras cruzas el umbral de su puerta y ves como están saliendo desnudos de su ducha. 
- Claro, pasa cachorrito. Túmbate en la cama boca abajo y ahora mismo salimos. 

Salen desnudos con el bote de crema en la mano. Se ponen cómodos a tu lado y empieza ese ritual de masaje con esos olores que son una delicia. Un poco de luz entre tanta oscuridad. Das las gracias y charláis un rato sobre la sesión, sobre como os sentís, sobre los azotes y sobre ese momento que no esperabas en la discoteca. Esos momentos quedan grabados a fuego en tu mente. 
Estáis cansados, ya es de día y tenéis todos ganas de dormir.
Desayunáis en la terraza unas tostadas y un zumo que habéis preparado entre risas, besos y cachondeo en la cocina unos minutos antes. 
Es hora de ir a dormir. Te acuestas a los pies de su cama, donde han dispuesto una cama para ti, una cama pequeñita pero cómoda que solo puedes disfrutar cuando la sesión ha sido muy intensa o cuando te has portado sorprendentemente bien...
- Bona nit!!

Comentarios

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Enhorabuena, es un gran relato... que envidia de esclavo 👏👏👏

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  3. Mi más sincera enhorabuena, me gustó mucho el relato, gracias por publicarlo y que todos disfrutemos de la lectura.

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